Es sabido que una visita a Lisboa no es completa sin subir a algún de los numerosos miradores donde se pueden admirar las vistas sobre la complicada geografía de la ciudad. Lo que hasta hace no mucho tiempo exigía sólo un cierto esfuerzo físico en el caso de decidir acceder a ellos a pie ahora también requiere tener algo de paciencia para lidiar con las multitudes en el caso de los más conocidos. No es el caso del Miradouro de Monte Agudo, Situado en la Freguesia de Arroios, entre los relativamente poco conocidos barrios de Penha de França y Anjos, alineado en la misma dirección que los famosos Senhora do Monte o Graça, sus vistas son bien más modestas pero afortunadamente la experiencia puede ser bastante más agradable, nada de infiernos de tuk tuks o obras molestas como sucede actualmente en los próximos miradores más conocidos.
Y la ventaja de experimentar las zonas cercanas poco invadidas por el turismo o por el tráfico ciudadano lo hace objeto de un paseo muy agradable, todo cerca del centro de ese pulmón alternativo de Lisboa que es la Avenida Almirante Reis.
El Mirador de Monte Agudo fue construído en los años 50 y en el panel de azulejos se puede apreciar la vista original sin el exceso de vegetación.
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